Tras meses de pelea, Italia cede ante la UE y acepta bajar las metas del déficit
Se acabaron las amenazas y las burlas, el gobierno populista italiano cedió ante la Unión Europea. Propuso en Bruselas bajar al 2,04% su déficit de balance, que representa disminuir en casi siete mil millones de euros su maniobra financiera para 2019. Evitó así el costoso procedimiento de infracción que se avecinaba para el miércoles 19. La Comisión Europea, cuyo presidente Jean Claude Junker, fue insultado varias veces por el hombre fuerte del régimen, el xenófobo Matteo Salvini, quien lo trató de borracho, dijo tras recibir al primer ministro Giuseppe Conte que la negociación ahora aparecía “positiva”.
El premier Conte, que no tiene juego proprio, regresó a Roma para consultar a los que tienen el poder efectivo en sus manos: Salvini, ministro del Interior, y jefe de la Liga, y Luigi Di Maio, ministro de Trabajo y Desarrollo, líder del Movimiento 5 Estrellas. Ambos son viceministros y deciden todo en nombre de la alianza populista al gobierno que controla el 60% de los escaños parlamentarios.
El proyecto de balance nacional para el año próximo que había rechazado la Unión Europea, causando varios sismos en los mercados y fugas de capital, preveía el 2,4% de déficit con fuertes gastos sociales en la óptica del crecimiento con déficit. Pero Italia tiene una deuda pública gigantesca, la cuarta del mundo, del 131% de la riqueza nacional, el PBI.
La Comisión Europea consideró inaceptable echar más leña al fuego de tanto pasivo que hace poco creíble la capacidad de pagar los títulos del tesoro que se compran para conseguir el dinero que no hay.
Los populistas contestaron acusando a la UE y a sus enemigos, amenazando con ir adelante a toda costa. El déficit al 2,4% “no se moverá un milímetro”, dijo Di Maio. Más o menos lo mismo afirmó Salvini.
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