Suspende Consar traspasos de Afore para proteger a los ahorradores de minusvalías
Por la noche del jueves 19, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), entidad reguladora del sistema de pensiones nacional, sorprendió al mercado con el anuncio de una medida inédita hasta ahora en este mercado.
La Consar informó que, ante la elevada volatilidad que ha prevalecido en el mercado financiero, situación que ha provocado minusvalías históricas en las Afore, a partir del pasado 16 de diciembre dicha autoridad suspendió los cambios de Afore, este tipo de movimiento se conocen en el medio como “traspasos”.
“Ante las condiciones adversas del mercado, la Consar tomó medidas para suspender los traspasos por un periodo de tres meses con la finalidad de salvaguardar los ahorros de los trabajadores”, informó.
Lo anterior significa que los traspasos de las cuentas de los trabajadores entre las Afores quedan suspendidos hasta el próximo 16 de marzo, tomando en cuenta la fecha de inicio de la medida que, como señalamos, fue el pasado 16 de diciembre.
2022, el peor año de minusvalías en la historia de las Afores
Es importante mencionar que el año pasado fue un periodo de fuertes minusvalías para los ahorros para el retiro de los trabajadores mexicanos. Cifras de la Consar señalan que, al cierre de 2022, las Afore cerraron con minusvalías por 215 mil 477 millones de pesos, con lo que, repetimos, se trata del peor año en la reducción de recursos desde que operan las Afores en el país, es decir desde julio de 1997, hace ya casi 26 años.
Los mismos datos oficiales señalan que, durante el año pasado, más de 3 millones de trabajadores se cambiaron de administradora, ejercieron su derecho al traspaso. Analistas y la misma autoridad advirtieron en diversas ocasiones a lo largo del periodo que se trataba del peor momento para efectuar un traspaso, debido a que, de efectuarse el cambio de Afore, entonces las minusvalías registradas en las cuentas de los trabajadores se convertían en pérdidas, afectando su patrimonio. Al respecto, consignamos un pequeño análisis y reflexiones sobre lo que significa esta medida y su beneficio, perjuicio o ambos.
Medida positiva, en primera instancia
La Consar tiene la autoridad legal para tomar medidas que preserven el patrimonio de los trabajadores ante eventos adversos propios del mercado o ajenos al mismo. Aunque vale la pena señalar que las minusvalías son una especie de “daño colateral económico-financiero”
Daño patrimonial, un grave riesgo
La posibilidad de que se siguieran reflejando afectaciones en las cuentas de ahorro de los trabajadores, es decir minusvalías iniciales y eventuales pérdidas si el trabajador tomaba la decisión de cambiarse de Afore, es muy real. Los mercados financieros y la economía en general pasan por momentos complejos y parece que lo que viene los próximos meses no es favorable; lo anterior redundará en fuerte volatilidad financiera, con indudable impacto en las cuentas de ahorro para el retiro. En este sentido, esperemos que el plazo de 3 meses no se tenga que extender; si la volatilidad financiera se mantiene, es altamente probable.
Buena intención, pero el problema es muy profundo
Seguramente la Consar y sus voceros nos dirán que la medida tiene el objetivo de proteger el patrimonio de los trabajadores. No dudamos de las buenas intenciones de quienes regulan en este momento el mercado pensionario mexicano. Es obligación de la Consar proteger los activos de los trabajadores ante riesgos como la enorme volatilidad financiera, que no es culpa de las Afores. Pero el problema es mucho más profundo, lo explicamos en el siguiente punto.
Y la educación financiera como Dinamarca, ¿para cuándo?
Lamentablemente México sigue a años luz de los países desarrollados en materia de educación financiera. Es, de hecho, un sueño que seguramente muchas generaciones presentes no veremos cumplido: que nuestro país sea líder en educación financiera. Esta materia es sin duda responsabilidad directa de Consar, y no se diga de las Afores.
Quien esto escribe ha criticado por años, una y otra vez, al gremio porque siempre ha considerado que el esfuerzo que se hace en la materia (que es loable y de verdad significativo), ha sido, es y parece que será totalmente insuficiente. He dicho, por ejemplo, que en esta materia es como si en un automóvil corriéramos a 10 kilómetros por hora, cuando las necesidades por alcanzar la meta nos deberían obligar a correr 10 veces más. La educación financiera es un pendiente, y así seguirá porque no hay esfuerzos suficientes, el gremio debe destinar muchos más recursos, hoy es época de minusvalías y pagan su descuido con el congelamiento de los traspasos. No hay mayor protección financiera que enseñarle al que no sabe, educar financieramente desde la cuna si es posible a quienes tendrán el futuro del país en sus manos, es decir, empoderar verdaderamente al trabajador. Si esto hubiéramos hecho con decisión y masivamente hace casi 26 años cuando nacieron las Afores, o incluso mucho antes, hoy ya habríamos recorrido una parte importante del trayecto y los trabajadores seguramente tomarían decisiones más acertadas. El paternalismo financiero es bueno, pero en exceso, como todo, hace daño.
La gran oportunidad
Tenemos una nueva oportunidad, tres meses son muy pocos sin duda pero, ¿serán tan pocos que no alcanzarán para que el gremio se concientice plenamente, de una vez por todas, y entienda que debe destinar muchos más recursos a la educación financiera? ¿No les alcanzan 90 días para diseñar un plan inicial de educación financiera masiva para los próximos años? La autoridad podría hacer algo más para obligar a las Afores, o bien para actuar juntos e integrar la educación financiera de una vez por todas, como una materia totalmente obligatoria desde la educación temprana, que forme parte de las asignaturas que los educandos deben cursar y aprobar sí o sí, como matemáticas, español, etcétera.
Estos tres meses pasarán rápido, ojalá en dicho lapso de tiempo se tomen algunas medidas encaminadas a empoderar a los millones de trabajadores y que con el paso del tiempo los “asesores patrimoniales”, o como se llamen, sepan que están frente a personas que, en su mayoría, tienen cierto grado de cultura financiera.
La medida de congelar o suspender los traspasos es hasta cierto punto acertada, pero al mismo tiempo parece una decisión desesperada ante la imposibilidad de hacer algo más en un mercado que tiene muchas deficiencias, siendo la principal el bajísimo nivel de conocimiento financiero de la inmensa mayoría de quienes ahorran para el retiro. Además, ojalá esta medida no sea utilizada como bandera política, argumentando entre otras cosas que estamos ante una autoridad responsable y un gobierno que se preocupa por los trabajadores porque “ya no es como antes”. El uso político de este tipo de acciones es algo que en estos tiempos y en este país sucede un día sí y otro también. ¿Y los trabajadores?, ¿y la educación financiera?
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