Principios ESG y Cadena de Valor: del Reporting al Impacto Social

Por Cátedra de Impacto Social, Comillas ICADE, Open Value Fundation, Repsol Fundación & Managenet Solutions

El propósito de las empresas ¿Para qué existen las empresas? ¿Cuál es su finalidad? ¿Cuál es realmente el elemento esencial que vertebra y determina la actividad empresarial? Todas estas cuestiones, hacen referencia al propósito empresarial. Este concepto va más allá de las misiones y visiones, recursos utilizados actualmente como elementos clave que orientan las estrategias de las compañías y que pretenden dar respuesta a los qués y a los cómos de cada organización, pero que no profundizan en los porqués o paraqués de las mismas. Efectivamente, el concepto del propósito, trata de dar respuesta al por qué de una actividad empresarial particular, la razón de ser de una compañía, que la lleva a surgir dando respuesta a una necesidad social con un sentido determinado. Tal y como plantea S. Sinek (2013) en su famoso concepto del “Golden Circle”, la clave de cualquier organización de éxito, se encuentra en el motivo que le lleva a hacer lo que hace. Su propósito y el porqué, es el núcleo que determina el sentido de su actividad. Desde una perspectiva histórica, el desarrollo empresarial ha estado ligado siempre tanto al desarrollo económico, como al desarrollo social. En este sentido, la empresa en la economía de mercado, se convierte en el medio de interacción por excelencia entre el hombre y sus pretensiones de desarrollo, así como en la vía a través de la que se ha podido relacionar con el ecosistema y el territorio. De hecho, la evolución de las características propias de la organización y estructura empresariales han tenido un papel fundamental en la transformación y aparición de nuevos sistemas sociales, así como en el desarrollo de los derechos civiles y sus estructuras participativas, contribuyendo a configurar el denominado Estado del Bienestar. De este modo, en cada una de las etapas de su desarrollo, la empresa siempre ha intervenido en mayor o menor medida en los tres planos básicos – o “Triple Bottom Line” – definidos por J. Elkington (1998). Este esquema conceptual, también conocido como la “Cuenta del triple resultado”, permite enmarcar el conjunto de porqués del desempeño y orientación que debieran ser comunes a la empresa, presentando el valor que desarrolla en los planos económico, social y medioambiental: „ En el plano económico, es evidente que la empresa, nace con el objetivo esencial de generar una serie de resultados financieros positivos para sus integrantes de la manera más eficiente posible. La defensa de la maximización del beneficio y del valor para el accionista como fin último de le empresa tuvo su máximo exponente en el discurso del Premio Nobel de economía Milton Friedman (1970) y la conocida Escuela de Chicago. Este fin debe considerarse, por lo tanto, como un elemento fundamental e intrínseco a cualquier empresa, tanto en el plano interno, a través de la generación de fuerza de trabajo y salarios asociados, como en el plano externo, con la generación de nuevas inversiones de capital.

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