Panorama de las pensionadas en Colombia
Juliana Morad Acero
Filósofa y abogada. Especialista en Derecho Laboral y en Derecho de la Seguridad Social y magistra en Políticas Públicas
Johanna Gómez Castro
Economista y magistra en Economía. ‘Project manager’ de Género y Economía, docente del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana
El sistema de pensiones es un pilar fundamental del bienestar económico y social de un país, ya que proporciona seguridad financiera a los individuos en su etapa de retiro. En el caso de Colombia, el sistema de pensiones ha experimentado importantes transformaciones en las últimas décadas, en respuesta a los desafíos demográficos, económicos y sociales que enfrenta el país.
En este contexto, el análisis de la situación de los pensionados en Colombia se presenta como un tema de relevancia crítica, ya que ofrece insights sobre la efectividad y la equidad del sistema de pensiones, así como sobre el bienestar económico de la población adulta mayor.
A lo largo de los años, el sistema de pensiones colombiano ha buscado garantizar una cobertura amplia y adecuada para los trabajadores en su etapa de retiro, sin embargo, persisten desafíos significativos en términos de acceso, equidad y sostenibilidad. El envejecimiento de la población, la informalidad laboral, las brechas de género y las desigualdades regionales son solo algunos de los factores que influyen en la situación de los pensionados en el país. Por lo tanto, comprender la dinámica de la población pensionada en Colombia es esencial para identificar áreas de mejora y diseñar políticas efectivas que promuevan un sistema de pensiones más inclusivo y equitativo.
En este artículo, se analizará la situación de los pensionados en Colombia utilizando datos de la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH) de 2023, con el objetivo de proporcionar una visión integral de los desafíos y oportunidades que enfrenta el sistema de pensiones en el país.
Número total
Según la tabla Cantidad de pensionados por sexo, a diciembre del 2023, en Colombia había un total de 2.912.386 pensionados. De este grupo, el 45,13 % correspondía a mujeres mayores de 57 años y el 54,87 % a hombres mayores de 62 años, lo que indica que hay una mayor proporción de hombres pensionados que mujeres en nuestro país. Cabe mencionar que el 86 % de la población de pensionados se encuentra en los estratos 1, 2, 3 y 4, mientras que el 14 % restante corresponde a estratos 5 y 6.
Nivel educativo
Basándonos en el análisis de los datos por nivel educativo, en la tabla Nivel educativo de los pensionados por sexo, se evidencia una distribución desigual de pensionados por género en todos los niveles educativos.
En términos generales, las mujeres tienen una mayor representación que los hombres en niveles educativos como técnica profesional, tecnológica, especialización y maestría. Esta tendencia hacia una mayor participación femenina en niveles educativos superiores sugiere un mayor acceso de las mujeres a la educación técnica, tecnológica y de posgrado, lo que podría indicar un progreso en términos de igualdad de género en el acceso a la educación superior en Colombia.
En el caso de tener un doctorado, existe una diferencia de 5.572 hombres, y es importante reconocer que, en muchas ocasiones, las mujeres se ven limitadas en tiempo para iniciar sus estudios de doctorado, dado que las responsabilidades de cuidado recaen sobre ellas en su edad reproductiva y la doble jornada con el trabajo doméstico no remunerado a la que se ven enfrentadas genera menos participación en este nivel educativo.
Diferencia de pensiones por sexo
La tabla Diferencia de pensiones por nivel educativo y por sexo presenta la media de ingresos de pensiones para hombres y mujeres en diferentes niveles educativos, así como la diferencia entre los ingresos de hombres y mujeres en cada nivel educativo.
En general, los ingresos de pensiones tienden a ser más altos para los hombres que para las mujeres en todos los niveles educativos. Esta diferencia se hace más pronunciada a medida que aumenta el nivel educativo. Por ejemplo, en los niveles de educación más altos, como maestría y doctorado, la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres es significativamente mayor que en los niveles educativos más bajos, como ninguno o primaria.
Los datos muestran que, en general, el nivel educativo está asociado con mayores ingresos de pensiones tanto para hombres como para mujeres. Esto sugiere la importancia de la educación en la determinación de los ingresos a lo largo de la vida laboral y en la etapa de jubilación.
Menor representación
En conclusión, los datos muestran que las mujeres tienen una representación menor en el sistema de pensiones en comparación con los hombres, así como ingresos de pensiones más bajos en todos los niveles educativos. Esta disparidad puede atribuirse a una serie de factores interrelacionados.
En primer lugar, las mujeres tienden a tener carreras laborales interrumpidas o a tiempo parcial, debido a responsabilidades familiares, como el cuidado de hijos y familiares mayores. Esta discontinuidad en la trayectoria laboral puede resultar en periodos de cotización más cortos o contribuciones más bajas al sistema de pensiones, lo que se traduce en pensiones más bajas.
Además, las mujeres suelen estar concentradas en sectores de la economía que pagan menos o tienen menor estabilidad laboral, como el trabajo doméstico, el cuidado y el empleo informal. Estos trabajos tienden a ofrecer salarios más bajos y, en muchos casos, carecen de acceso a esquemas de pensiones formales.
Las brechas salariales de género también contribuyen a las diferencias en las pensiones. A pesar de los avances en la igualdad de género, las mujeres todavía enfrentan discriminación salarial en el mercado laboral, lo que resulta en salarios más bajos en comparación con los hombres por el mismo trabajo. Como resultado, las mujeres tienen menores ingresos disponibles para contribuir al sistema de pensiones y, en última instancia, reciben pensiones más bajas en la etapa de retiro.
En resumen, las pensiones más bajas de las mujeres en comparación con los hombres son el resultado de una combinación de factores, que incluyen trayectorias laborales interrumpidas, empleo en sectores de baja remuneración, falta de acceso a esquemas de pensiones formales y brechas salariales de género. Para abordar esta desigualdad, es necesario implementar políticas que promuevan la igualdad de género en el mercado laboral, aseguren la equidad en el sistema de pensiones y reconozcan el trabajo no remunerado realizado por las mujeres en el hogar.
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