“Las pensiones de Pemex son un problema de finanzas públicas y a la larga, continuarán impactando muchísimo en la empresa”, aseguró Enrique Díaz-Infante, director de Sistema Financiero del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY)

En entrevista con El Sol de México el experto consideró que uno de los principales problemas que enfrenta el sistema de pensiones es que no necesariamente responden al cambio demográfico de la sociedad, pues mientras crece la esperanza de vida en el país, las contribuciones que las personas hacen para su retiro son muy bajas. De acuerdo con el Contrato Colectivo de Trabajo 2023-2025 de Pemex, pueden jubilarse los trabajadores que al 31 de diciembre de 2015 tengan una antigüedad de 15 años o más, al igual que aquellos que acrediten 25 años de servicio y 55 de edad.

El documento, firmado entre el sindicato petrolero y el actual gobierno, detalla que la pensión otorgada se calcula tomando como base 80 por ciento del promedio de todos los salarios obtenidos en puestos permanentes durante el último año de servicio.

Si el trabajador tiene más de 25 años de servicio, por cada año su pensión jubilatoria se incrementa en un cuatro por ciento hasta llegar a un límite del 100 por ciento de su salario.

Además, existen las pensiones permanentes por incapacidad, derivada de riesgos de trabajo, que toman como base 60 por ciento del promedio salarial registrado en el último año, y que también se incrementa en un cuatro por ciento anual si el empleado cuenta con 16 años de servicio.

Según Díaz-Infante, una reforma fiscal podría ayudar a resolver los problemas de finanzas públicas, con especial énfasis en el gasto de pensiones.

“Somos una población que envejece, pero no aumenta la recaudación. No sé si haya ánimo en la otra administración, pero se tendrá que hacer una reforma fiscal para atender este problema. Las pensiones están comiendo el gasto a la formación de capital humano, infraestructura, salud y educación”, precisó.

Con una plantilla de más de 128 mil colaboradores, datos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) indican que al menos nueve de cada 10 pensionados de la petrolera tienen una tasa de reemplazo de entre 10 y 100 por ciento de su último salario, mientras que el resto cuenta con una de 100 a 300 por ciento. El monto promedio de la pensión es de hasta 20 mil pesos, aunque también se tiene registro de jubilados que reciben entre 60 a 200 mil pesos. Actualmente, Pemex tiene un esquema de cuentas individuales, similar al de las Afores, en donde los trabajadores y la empresa hacen aportaciones.

“Son pensiones que derivan de las negociaciones sindicales, por eso la gran diferencia contra los montos que reciben jubilados del IMSS o ISSSTE. Sin embargo, por los costos que representaba, se cambió el esquema y ahora no todos los trabajadores obtendrán los mismos beneficios del pasado”, explicó Moisés Pérez, director de Retiro y Bienestar Financiero en AON Latinoamérica.