México. En los últimos cinco años, gasto en protección social se ha incrementado 35%
Mientras que en el 2019, previo a la pandemia, en los primeros siete meses del año se gastaron 367,551 millones de pesos, este año durante el mismo periodo se destinaron 373,166 millones de pesos, es decir, apenas 1.5% en comparación con el inicio del sexenio.
“Es trágico lo que está pasando con el sector salud después de tantas promesas y no nada más de este sexenio, sino de anteriores de tener un sistema de salud universal. No le estamos dando la prioridad ni estratégica ni universal y aún, con una pandemia, el gasto no se movió”, aseveró Alejandra Macías.
Las consecuencias de que no se tenga un mayor gasto en salud repercute, directamente, en el gasto de los hogares, dado que deben desembolsar recursos para atenderse en lugares privados e, incluso, aún con su afiliación a una institución pública de salud, muchas veces terminan atendiéndose en una institución particular.
“Hay que fortalecer los mecanismos institucionales para garantizar la eficiencia del presupuesto en salud”, aseveró Jorge Cano.
Inercial y populista
Aún con la narrativa de austeridad, el gasto público total vio un incremento de 13.7% en los primeros cinco años de gobierno, en medio de las presiones como el costo financiero de la deuda, las pensiones y las necesidades crecientes en rubros como seguridad, educación, salud, entre otros.
Alejandra Macías indicó que los aumentos en el presupuesto público han sido inerciales, atendiendo estas necesidades y presiones de gasto; sin embargo, esto no significo que ha sido eficiente, además de poner prioridad a proyectos y programas del gobierno, y reducir el espacio fiscal para hacer política pública.
“Ha sido un gasto, sin lugar a dudas, populista. Se ha enfocado en incrementar el número de beneficiarios en los programas de subsidio, haciéndoles llegar mayores recursos no sólo a los hogares de los deciles más bajos, sino también para los que tienen mayores ingresos”, aseveró Jorge Cano.
Lo anterior, añadió, se ha hecho desapareciendo programas que sí tenían un enfoque progresivo, es decir, donde se destinaban los mayores beneficios a personas de menores ingresos, como el seguro popular y las instancias infantiles.
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