La Consar espera que las minusvalías registradas en todo el 2022 se reviertan en febrero; se prevé cierta estabilidad en los mercados.

Las administradoras de fondos para el retiro (afores) iniciaron el 2023 con el pie derecho al registrar 151,318 millones de pesos en plusvalías durante enero, así lo informó la Comisión Nacional del Sistema del Ahorro para el Retiro (Consar). El dato del 2023 presentando por la Consar contrasta con los 136,575 millones de pesos de minusvalías de registradas en enero del 2022.

Además con la cantidad revelada este miércoles las afores, y por lo tanto el Sistema del Ahorro para el Retiro (SAR), hilan cuatro meses registrando números positivos. La dependencia, asimismo, informó que de enero del 2022 a enero del 2023 se han registrado plusvalías por 72,415 millones de pesos.

La Consar espera que las minusvalías registradas en todo el 2022 se reviertan en febrero; aún existe un remanente de aproximadamente 64,159 millones de pesos en minusvalías.

Cabe recordar que durante el año pasado las afores registraron 215,477 millones de pesos de minusvalías lo cual fue una cifra histórica para los 25 años del SAR. Las afores registraron plusvalías y minusvalías en seis meses, respectivamente.

Tanto las plusvalías como minusvalías son el resultado de fluctuaciones en el precio de los activos y solo se hacen efectivas como ganancias o pérdidas en los portafolios de los trabajadores cuando se retiran los recursos.

Así, las minusvalías del 2022 fueron provocadas por el conflicto armado en Ucrania; la acelerada inflación mundial que llevó al incremento en las tasas de interés de los bancos centrales para contrarrestar los efectos inflacionarios.

Francisco Urióstegui, vicepresidente adjunto de Moody’s en México, comentó a El Economista, que este año será retador por la incertidumbre económica, sin embargo, esperan cierta estabilidad en los mercados que ayudará a recuperar terreno en las valuaciones de los bonos.

Tenencia en bonos gubernamentales

El vicepresidente adjunto de Moody’s en México, comentó que desde que inició la guerra en Europa ha estado persistente el riesgo idiosincrático en las empresas, en otras palabras, es el riesgo que existe si la inflación o un escenario de recesión pudiera agravarse.

Urióstegui explicó que al incrementarse el riesgo en el mercado, la valuación del bono del corporativo baja y por ello las afores recurren a los bonos gubernamentales. “Mientras está así de nervioso el mercado con los efectos de valuación, inviertes en activos del gobierno mexicano para que te mantengas en una posición relativamente estable”.

Asimismo mencionó que si bien cuando sube la tasa de referencia del banco central hay una pérdida en la valuación del bono, será menor que si se invierte en un bono de empresa privada.

Dicho de otra forma, las minusvalías registradas en el 2022 hubieran sido más pronunciadas si las afores no hubieran migrado de deuda corporativa a gubernamental; “por eso desde hace más de un año, aproximadamente, las administradoras tomaron una estrategia defensiva, es decir, aumentar la exposición en valores de gobierno para proteger el valor del portafolio”, dijo Urióstegui.

Al cierre de enero del 2023, las afores invirtieron 50.69% en valores gubernamentales, 14.84% en deuda privada nacional, 12.54% en renta variable internacional, 7.47% en instrumentos estructurados y 7.27% en renta variable nacional.

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