Por Víctor Baeza & Carlos Ramírez Fuentes

El punto de partida para ahorrar es la confianza. Confianza en tener la disciplina y los medios económicos para realizarlo, confianza en las instituciones públicas y privadas que protegen el ahorro, y confianza en el ecosistema económico de un país que determina los incentivos para ahorrar a largo plazo. Los factores de confianza, no obstante, pueden no ser suficientes si el ahorro no se puede realizar de manera sencilla y/o si no resulta atractivo, particularmente si se trata de un ahorro de largo plazo. En un sistema de pensiones de contribución definida, la existencia de una arquitectura multi-pilar de ahorro, se torna necesaria para lograr niveles de tasas de reemplazo
aceptables. Además, en contextos de relativa baja formalización, alta intermitencia laboral y baja contribución obligatoria, como la mayor parte de la región latinoamericana, el pilar del ahorro voluntario cobra adicional relevancia. En los últimos años, se ha escrito mucho sobre las condiciones y los programas que han resultado exitosos alrededor del mundo en estimular un mayor ahorro complementario de largo plazo. En el presente ensayo se hace un breve repaso sobre los obstáculos tradicionales a los que suelen enfrentarse las personas para ahorrar, algunos de los mecanismos que se han probado en varios países y, en especial, se refiere la experiencia reciente de México para promover el pilar voluntario. En específico, se hace referencia al reciente lanzamiento de un programa novedoso e innovador denominado “GanAhorro”, que busca detonar el ahorro a través de vincularlo al acto de consumir.

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