a disposición por parte del Gobierno de 3.586 millones de euros del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para abonar parte de la paga extra de Navidad de los pensionistas ha desatado todas las alarmas en el sistema públicos. No porque haya sido la primera disposición que el Ejecutivo ha hecho de la hucha de las pensiones sino porque en el Fondo apenas quedan ya 8.059 millones de euros, que no dan ni para pagar la próxima «extraordinaria». Con los Presupuestos Generales del Estado a 25 días de estar oficialmente prorrogados, el Gobierno ha descartado financiar el coste de las pensiones a través de un impuesto finalista creado exclusivamente para hacer frente a un gasto que en este ejercicio superará los 125.000 millones y que supone, con diferencia, la primera partida de los PGE, por delante de los intereses por el servicio de la deuda pública y las prestaciones por desempleo.

Descartado definitivamente el impuesto, el Gobierno tiene que trabajar en dos escenarios posibles. El primero, y a estas alturas irremediable, es prever la prórroga de los Presupuestos de este año para 2018, lo que llevaría automáticamente a que la partida de gasto de las pensiones se mantuviera en los 125.100 millones de este ejercicio y se renovará el crédito extraordinario aprobado por el Ejecutivo por importe de 10.192 millones. La segunda posibilidad es que el Parlamento apruebe unas nuevas cuentas anuales. En este caso, los números dependerán de las negociaciones políticas que permitan el visto bueno del Congreso de los Diputados.

De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Empleo, el sistema público tiene que hacer frente al pago de 9.567.387 pensiones, un 1,15% más que hace un año, que cuestan mensualmente (datos de noviembre) 8.858 millones de euros. La pensión media del sistema está en 926 euros y la pensión media de jubilación es en la actualidad de 1.070 euros.

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