¿Es un ranking de sistemas de pensiones una herramienta útil para orientar la política previsional?
Por Guillermo Montt y Fabio Bertranou
Los índices y rankings internacionales que comparan los sistemas de pensiones y jubilaciones reciben particular atención en países donde se están discutiendo o avanzando reformas a sus sistemas. En América Latina, por ejemplo, en Chile, Colombia, México y Uruguay se están discutiendo o avanzando en reformas a sus sistemas previsionales y estos rankings son mencionadas en el debate público.
Estas ambiciosas iniciativas han buscado guiar y promover el debate acerca de buenas prácticas en sus distintos ámbitos. No obstante, algunos de estos índices han sido criticados por sobresimplificar los sistemas complejos que están evaluando, priorizar unas dimensiones por sobre otras, suponer un modelo del fenómeno que no se ajusta necesariamente a las complejidades de la realidad o utilizar sus resultados para interpretar fenómenos que van más allá de su ámbito directo de aplicación (ver, por ejemplo, la revisión de Zhao (2020) respecto de las críticas que ha recibido PISA o las críticas de Davis y Kruse (2007), Bakvis (2009) o McCormack (2018), al Doing Business).