¿Es un ranking de Sistemas de Pensiones una herramienta útil para orientar la política previsional?

Por Guillermo Montt & Fabio Bertranou

Índices y rankings internacionales que comparan sistemas de pensiones y jubilaciones reciben particular atención en países donde se están discutiendo o avanzando reformas a sus sistemas.

En América Latina, por ejemplo, Chile, Colombia, México y Uruguay están discutiendo o avanzando reformas a sus sistemas previsionales y estos rankings son
mencionadas en el debate público.

En general, los índices o rankings internacionales como el Programme for International Student Assessment (PISA; OCDE 2019a), el Doing Business (World Bank Group, 2020) o el Índice de Desarrollo Humano (UNDP, 2020) buscan simplificar sistemas complejos y ordenan países en una escala, ya sea
respecto del rendimiento educativo, marco regulatorio para el desarrollo de negocios o el desarrollo humano, respectivamente.

Estas ambiciosas iniciativas han buscado guiar y promover el debate sobre buenas prácticas en sus distintos ámbitos. No obstante, algunos de estos índices han sido criticados por sobresimplificar los sistemas complejos que están evaluando, priorizar unas dimensiones por sobre otras, suponer un modelo del fenómeno que no se ajusta necesariamente a las complejidades de la realidad o utilizar sus resultados para interpretar fenómenos que van más allá de su ámbito directo de aplicación (ver por ejemplo, la revisión de Zhao (2020) sobre las críticas que ha recibido PISA o las críticas de Davis and Kruse (2007), Bakvis (2009) o McCormack (2018), al Doing Business).

Fuente: Research Gate

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