Covid-19: ¿la vivienda protege a los mayores en América Latina? Argentina y Colombia comparadas con España
Por Juan A. Módenes,Mariana Marcos, Diva Marcela García
Proteger a la población mayor en el nuevo paradigma de la covid-19 no puede confiarse solo al confinamiento en la vivienda. Menos aún en América Latina. La estructura de los hogares, las características de la vivienda y la actividad laboral de los corresidentes condicionan la exposición de los mayores a los contagios dentro de la vivienda. Para medir esa exposición, este número de Perspectives Demogràfiques propone el cálculo de un indicador que estima el riesgo residencial multidimensional, y que permite la comparación entre poblaciones. Más de la mitad de las personas mayores de Colombia y un 35% de las de Argentina están sobreexpuestas a la covid-19 en casa. Nuestro estudio, al demostrar que el riesgo residencial es muy importante en América Latina, pero también significativo en España, evidencia que minimizarlo debe ser un objetivo prioritario en la protección de las personas mayores. El indicador de riesgo residencial ante el covid-19 puede utilizarse para identificar áreas o subpoblaciones más expuestas dentro de los países y guiar la acción política futura ante la pandemia.
LAS PERSONAS MAYORES FRENTE A LA COVID-19 EN AMÉRICA LATINA
La covid-19 ha impactado de lleno en la población mayor. Constituye el principal grupo de riesgo al tener una sintomatología más grave y una letalidad mucho más alta. Por lo que respecta a América Latina, la ventaja del moderado envejecimiento poblacional de la región se verá negativamente compensada por la mayor prevalencia de enfermedades crónicas y a edades más jóvenes, la desigualdad, las menores posibilidades de distanciamiento social (Acosta, 2020) y la concentración espacial de población en grandes ciudades con altos niveles de segregación. Es primordial proteger a los mayores tanto en la actual como en futuras oleadas, mientras no se obtenga una curación efectiva (Huenchuan, 2020). Esta protección debe consistir en contener el contagio primario, pero sobre todo en disminuir los contagios secundarios por transmisión intrafamiliar dentro de las viviendas (Esteve et al, 2020; Mogi, Spijker 2020). En América Latina las muertes por contagio secundario podrían duplicar las producidas por contacto primario (Esteve et al, 2020). Mientras que en Europa la enfermedad ha afectado con mayor intensidad a los mayores institucionalizados, manifestando los problemas de este modelo de cuidado (ComasHerrera, Zalakain, 2020), en América Latina los mayores viven menos en instituciones, pero suelen corresidir en estructuras familiares complejas, de carácter intergeneracional (Saad, 2005).
Fuente: CED