Las cifras de pobreza en América Latina llegaron a niveles de prepandemia el año pasado, dado que el número de personas bajo esta condición disminuyó, según informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Desagregado por países, Colombia no fue la excepción; el país logró una baja de un punto porcentual en la tasa de pobreza en 2022, pero sigue teniendo una de las mayores cifras de pobreza en la región.

Y, aunque los datos registradas el año pasado son positivas, el organismo internacional expresó que no hay que celebrar, pues las cifras siguen altas, casi un tercio de la población de Latinoamérica sigue en pobreza.

En el informe se reveló que el porcentaje de personas en situación de pobreza en 2022 bajó a 29% de la población de América Latina, que son 181 millones de personas, 1,2 puntos porcentuales menos que antes del inicio de la pandemia, mientras que la pobreza extrema disminuyó a 11,2% de la población de la región, 70 millones de personas.

De los 13 países con información disponible a 2022, nueve exhibieron caídas en la pobreza de al menos un punto porcentual con respecto a 2021 (o 2020, en el caso de Chile y México). Brasil fue el país con la mayor reducción de pobreza en este período (-4,8 puntos porcentuales), al pasar de 24,4% a 19,6%. No obstante, aclara la Cepal, este país había sido el único que registró un aumento de la pobreza en 2021, por lo que el nivel alcanzado está apenas por debajo del observado en 2019.

“Otros países con disminuciones de al menos un punto porcentual en la tasa de pobreza son Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana. De los países con datos disponibles a 2022, solo la Argentina registró un aumento de la pobreza, aunque no de la pobreza extrema, y el Paraguay fue el único con un aumento significativo de la pobreza extrema”, detalla el informe.

A pesar de todo esto, estas bajas no serían suficiente para el largo plazo. La Cepal advierte que la tasa de crecimiento del PIB esperada para 2023 en América Latina y el Caribe (1,7%), que es significativamente inferior a 3,8% registrado en 2022 y que podría llegar incluso al 1,5% en 2024, no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza en la región para este año.

“Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar. Más de 180 millones de personas en nuestra región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones no tienen ingresos para adquirir una canasta básica de alimentos. En total, casi un tercio de la población de la región vive en situación de pobreza, porcentaje que se eleva a 42,5% en el caso de la población infantil y adolescente, una realidad que no podemos tolerar. La incidencia de la pobreza también es más alta entre las mujeres, la población indígena y las personas que viven en zonas rurales”, señaló José Manuel Salazar-Xirinachs, máxima autoridad de la Cepal.

Y es que todo esto estaría relacionado con la empleabilidad en los países. “Lo que sucedió es que la recuperación pospandemia hizo que esa pobreza bajara. Pero la región siempre ha tenido altos niveles de pobreza relativamente altos, por varias razones. Uno de esos motivos fundamentales es porque la región crece muy poco y eso causa que se generen pocos empleos, especialmente de buena calidad”, explicó Adrián Garlati, director de la carrera de Economía de la U. Javeriana.

En esos datos relacionados y que agravan la pobreza en la región, la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950, según reportó la Cepal. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8,2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.

“Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, una de cada dos se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, cuatro de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones, indica el informe ‘Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023’.

Entre las soluciones regionales, Galarti indica que es necesario lograr acuerdos entre países para mejorar los flujos comerciales, ya que la estrategia debe ser lograr mayor crecimiento y empleo, reduciendo tasa de pobreza, desempleo e informalidad. Para esto, se necesitan agendas en común, sin ideologías.

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