Quedan menos de dos semanas para que termine diciembre. Con eso, al gobierno del Presidente Gabriel Boric se le acaba el tiempo para cumplir con el objetivo de que el Senado despache el segundo trámite de la reforma previsional en enero, tal como lo confirmó este domingo el senador y presidente de la Comisión de Trabajo, Juan Antonio Coloma (UDI).

Por eso la presión solo ha ido creciendo a lo largo de las últimas semanas, y seguirá así hasta que se acerque el momento en que los senadores voten una de las reformas más emblemáticas de la administración de Boric.

Pese a que en La Moneda están optimistas, y el ministro de Hacienda, Mario Marcel,dijo que “están todos los elementos para llegar a un acuerdo”, en el oficialismo se resignan a que la reforma, tal como van las tratativas, no logrará reemplazar el actual sistema de las AFP.

Así lo sinceró este domingo Bárbara Figueroa. En conversación con Mesa Central, la secretaria general del Partido Comunista (PC) dijo que “nosotros (como colectividad) hemos dicho desde el día uno que estamos con la propuesta del gobierno, la original”. Y reconoció que “no estamos frente a un proyecto que termine con el fracasado sistema de pensiones que tenemos, de AFP. Esa es la verdad. No es bueno generarnos una expectativa irreal”.

Dado que la mayor parte del debate se ha centrado en la distribución del 6% extra de cotización individual, en buena parte del oficialismo ha aumentado la preocupación por el hecho de que se esté dejando de lado un nudo importante: las modificaciones que se le hagan a la estructura del sistema de las AFP. Por eso Figueroa dijo que “hay que ver qué es lo que ocurre con la división de la industria y con la posibilidad de intervención desde el Estado de la industria”.

Ese nudo es lo que se denomina como la “discusión por la reorganización de la industria de las AFP”, el único punto que se vincula con modificar el sistema de las aseguradoras privadas tal como se conocen hasta el momento. Y es aquí donde parte de la izquierda presionará para incluir la separación de la industria. Un objetivo que choca de frente con el primer informe de la comisión técnica, en el cual los comisionados no llegaron a acuerdo y recomendaron no promover la separación de funciones de las AFP en un administrador de cuentas y gestores de inversiones.

Desde el Frente Amplio han reconocido que para ellos es una línea roja que el proyecto incluya la separación de la industria. Tanto así que el diputado Andrés Giordano, en entrevista con La Tercera, advirtió que su partido “no va a aprobar ninguna reforma previsional que no incluya expresamente una separación de la industria y que permita desconcentrar el poder que actualmente tienen las AFP”.

En esa línea, el jefe de bancada de los diputados del Frente Amplio, Jaime Sáez, enfatiza que “para nosotros la separación de la industria es tremendamente importante, porque la industria de las AFP no genera ningún tipo de confianza en la ciudadanía para llevar adelante la administración correcta de los fondos de pensiones. Dicho eso, se requiere un ente o varios entes que administren y generen la confianza en quienes van a depositar ahí sus ahorros”.

“Para que el sistema de pensiones pueda garantizar mejores pensiones y que puedan rentabilizar de mejor forma los ahorros, la competencia es tremendamente importante. Estas empresas no están interesadas en aquello. Por eso la separación de la industria es muy importante. En el Congreso veremos quiénes están por cuidarles el negocio a las AFP”, agrega el frenteamplista.

Lo mismo es confirmado por la senadora Alejandra Sepúlveda (ind.), quien integra la Comisión de Trabajo del Senado, donde se negocia la reforma. “La división de la industria es importante y tiene dos objetivos. Primero es hacer más eficiente el sistema, ya que la división va a permitir un grado de especialización mayor, sobre todo en lo que tiene que ver con la inversión y las mejoras a la rentabilidad”, dice la legisladora.

La senadora añade que, junto con eso, la división permitirá que puedan entrar más actores para mejorar el mercado y la diversificación de los agentes de inversión: “Es una buena forma de eficiencia y de mejorar la competencia”.

Esta postura ha sido cuestionada por otros sectores del oficialismo. El senador socialista Gastón Saavedra, quien también integra la Comisión de Trabajo, aseguró que “el Frente Amplio puede decir lo que quiera, pero tenemos que tratar de lograr lo posible con los votos que tenemos. En el caso del PS, estamos por lograr los acuerdos necesarios para aumentar las pensiones”.

El legislador remarca que “nunca tenemos que perder de vista que se está negociando en minoría. La ciudadanía está expectante y lo único que quiere es que mejoren las pensiones. Para mejorar las pensiones se tiene que hacer una reforma. Eso la derecha lo entiende”.

Junto con eso, Saavedra asegura que “la derecha está entendiendo que, cuando leen las encuestas, hay un 66% que rechaza su accionar. Eso para ellos es preocupante y es lo que tenemos a favor. Entonces, no tensemos la cuerda. Me da la impresión de que la derecha está leyendo mejor a la ciudadanía que el Frente Amplio en esto”.

En relación con ese punto, el Ejecutivo ha dado algunas señales. Una de ellas la entregó la ministra Jeannette Jara en entrevista con Pulso. “Esta reforma lo que va a hacer es proponer una reorganización industrial”, dijo la titular de Trabajo sin entregar mayores detalles. Sin embargo, al oficialismo le interesa bajar las barreras de entrada para que ingresen nuevos actores como el Estado, algo que es fuertemente resistido por la derecha.

Jara explicó que “esto no quiere decir que aquí el poder económico vaya a dejar de existir, porque las AFP han construido un imperio económico importante en el país (…). Lo que sí queremos es que se alineen los incentivos para que la rentabilidad de los cotizantes mejore, las comisiones bajen y tengan una verdadera libertad de elegir entre sector público y privado, y la industria se desconcentre”.

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