Chile. Edad promedio de nuevos cotizantes que ingresan al sistema de AFP sube a 28 años
El sistema de capitalización individual muchas veces funciona como un espejo de lo que ocurre en el mercado laboral.
En Chile anualmente unas 400 mil personas se incorporan al sistema de pensiones como nuevos afiliados.
El promedio de edad de los cotizantes nuevos que ingresan como usuarios de las AFP es de 28 años, lo que ha ido subiendo en los últimos tres años, según datos de la Superintendencia de Pensiones.
En un informe del regulador publicado en agosto, se observa que si en 2022 esta cifra era de 28 años, en 2021 llegaba a 26 años y en 2020 era de 27 años. Años anteriores, en tanto, estuvo en torno a 29 años.
27,8
años es la edad promedio de titulación de pregrado en Chile.
400 mil
nuevos cotizantes ingresan al año al sistema provisional.
Expertos ponen de aliviar el impacto que tiene esto sobre la futura pensión. Lo anterior, considerando que estudios internacionales y chilenos sostienen que los primeros 10 años de cotización son clave para el futuro monto de la jubilación.
De hecho, se estima que sin lagunas previsionales, la primera década de trabajo con ahorro previsional financiero cerca del 40% del total de la jubilación de una persona.
Educación y un mercado laboral más golpeado
Para Ingrid Jones, economista de Libertad y Desarrollo (LyD), el hecho de que las personas partan cotizando en promedio a los 28 años, podría obedecer a que “las personas estudian más años y retrasan su incorporación al mercado del trabajo, o bien porque realizan trabajos informales en edades tempranas, en ocasiones porque estamos en ciclos económicos menos dinámicos” (ver recuadro).
La edad promedio de titulación de pregrado fue de 27,8 años en 2022, mayor al promedio histórico, que ha oscilado, con tendencia hacia el alza, entre los 27,2 y 27,5 años, consigna el informe Titulación en la Educación Superior en Chile del Servicio de Información de Educación Superior.
Karol Fernández, investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la USS y exdirectora de estudios de la Subsecretaría de Previsión Social, apuntó a que en períodos de ciclos económicos más bajos, -como el que ha exhibido la economía el último tiempo- se hace más difícil el ingreso al mercado laboral, puesto que las contrataciones tienden a estrecharse.
“Ello afecta en mayor medida a los jóvenes que acceden a su primer trabajo y no cuentan con experiencia laboral ni con redes que les facilitan su inserción”, afirmó.
Densidad de cotización de 54%
La densidad de cotizaciones que una persona tiene durante su vida activa es directamente proporcional al ahorro que logrará construir para su futura pensión, por lo tanto son clave a la hora de proyectar el saldo que acumulará para el retiro.
Actualmente, las personas ahorran para su pensión el 54,1% del tiempo en promedio, lo que está explicado por períodos de lagunas previsionales, las que se dan por distintos motivos.
En el caso de las mujeres el panorama es más preocupante, su densidad es de 49,3%, casi 10 puntos porcentuales menos que la de los hombres (58,4%).
Karol Fernández, investigadora del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la USS y exdirectora de estudios de la Subsecretaría de Previsión Social, sostuvo que “los modelos de pensiones tradicionales están diseñados para que una persona ingrese, en promedio, a los 25 años al mercado laboral y se jubila a los 65 años, es decir alrededor de 40 años de trabajo cotizando para su jubilación.
Menos tiempo de ahorro, pensiones más bajas
El escenario no deja de ser alarmante entre los técnicos. Para Fernández, si consideramos que la edad de ingreso se está postergando, pero la edad de jubilación se mantiene invariable, “significa que cada vez vamos a ahorrar menos tiempo para nuestra pensión”.
Y remata: “Los números no cuadran: es preciso aumentar paulatinamente la edad de jubilación y reducir los períodos fuera de la formalidad laboral”.
Jones explicó que una incorporación tardía al sistema tiene un impacto negativo en el monto de las pensiones futuras. Concretamente, detalló que obedece al “efecto que tiene la rentabilidad de largo plazo en los ahorros: no es lo mismo tener lagunas al inicio de la vida laboral que al final”, además de coincidir en que lo anterior se suma a una edad de jubilación que no se ha incrementado mientras que las expectativas de vida aumentan.
Informalidad laboral: uno de los desafíos pendientes que impacta al sistema preliminar y también a los jóvenes
Los desafíos que enfrenta el sistema provisional son múltiples. En medio del debate en torno a la reforma de pensiones, expertos señalan que cualquier proyecto debe necesariamente incluir incentivos a la cotización y abordar la informalidad laboral.
Según datos de la última Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI) del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 21,6% de los jóvenes entre 15 y 24 años en empleos asalariados son informales, cifra que llega al 16,6% en el caso de aquellos entre 25 y 29 años ya 11,3% entre quienes están en el rango de 30 a 34 años. “Esto quiere decir que no están cotizando para su jubilación”, comentó Karol Fernández, investigadora de la USS.
La economista de LyD, Ingrid Jones, describió como preocupante que haya 377 mil jóvenes que no estudian ni trabajan y que “están al margen de la cobertura previsional”. Añadió que “les será más difícil incorporarse al mercado laboral después, optando lo más probable a ocupaciones con salarios bajos y por ende, pensiones bajas”.
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