CEPAL urge avanzar en inclusión laboral en América Latina para superar la pobreza
Salazar-Xirinachs afirmó en esa línea que, pese a la reducción de la pobreza en 2022 a los niveles prepandemia, “no hay razones para celebrar (…) Es una realidad que no podemos tolerar”, dijo.
De acuerdo con el informe, el porcentaje de personas en situación de pobreza bajó el año anterior a 29 por ciento de la población de América Latina, lo que representó una caída de 1,2 puntos porcentuales respecto del periodo previo a la pandemia.
En tanto, la pobreza extrema disminuyó a 11,2 por ciento de la población de la región, manteniéndose en niveles similares a 2019.
El documento de la CEPAL puso el acento en el desafío específico de la inclusión laboral como “eje central para el desarrollo social inclusivo”, al tiempo que destacó la reducción de la desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini y la recuperación del empleo.
“La alta desigualdad no es solo un tema de justicia social, sino que limita las posibilidades de crecimiento, porque, por una parte, está asociada con falta de acceso a la educación y limitada movilidad social, y por otra, reduce las oportunidades para incrementar la productividad y está asociada con concentración de rentas no productivas”, expresó Salazar-Xirinachs.
Añadió a su vez que la región latinoamericana se caracteriza por tener grandes brechas en el mercado laboral y altos niveles de informalidad en el rubro del empleo, por lo que la inclusión laboral es fundamental para mejorar los indicadores económicos, laborales y sociales, incluyendo la desigualdad.
El texto elaborado por el organismo indicó que la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950, con una única caída registrada en 2020, durante la pandemia, en los últimos 70 años.
En cuanto al empleo informal, del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, una de cada dos se encuentra en un trabajo informal y 4 de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo. Al mismo tiempo, la mitad de estas personas no cotizan en los sistemas de pensiones.
“Si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una crisis en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral”, explicó la entidad regional de las Naciones Unidas.
La CEPAL sostuvo que la inserción en el trabajo remunerado es fundamental, pero no suficiente, para alcanzar la inclusión laboral, por lo que se requiere más acceso a trabajos productivos, bien pagados y con acceso a protección social, en particular para mujeres y personas jóvenes.
Con todo, para 2023, la tasa de crecimiento esperada del Producto Interno Bruto (PIB) se estimó en 1,7 por ciento, una cifra significativamente menor al 3,8 por ciento registrado en 2022, así como un 1,5 por ciento en 2024.
Para la CEPAL, la región continúa sumida en una “doble trampa estructural” de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad.
“Los países deben transitar desde la inserción laboral a la inclusión laboral, eje del desarrollo social inclusivo. Pero la inclusión laboral requiere un crecimiento económico alto y sostenido. No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción y viceversa”, concluyó Salazar-Xirinachs durante la presentación, remarcando el estrecho vínculo entre las políticas de desarrollo productivo, laborales y de protección social de los países.