Nuevos viejos retos de los sistemas de pensiones mundiales
Los sistemas de pensiones a nivel mundial continúan enfrentando severos retos que hacen cada vez más complejo asegurar niveles adecuados o, por lo menos, dignos de tasa de reemplazo (la pensión esperada como porcentaje del último salario percibido), así como en capacidad de sostenimiento ante la vida esperada como pensionado.
Por un lado, los factores relacionados con la transición demográfica que de por si se habían acelerado más allá de los previsto por la mayoría de los programas de pensiones de la mayoría de los países, se están acelerando, en parte a raíz de la pandemia y en parte como resultado de fenómenos conductuales derivados de fenómenos de incertidumbre en a distintas regiones del mundo.
El porcentaje de población económicamente activa del futuro se contraerá más allá de lo esperado, por ejemplo, en países como México en donde la tasa de reemplazo poblacional de largo plazo (que en niveles menores a dos, no garantiza un equilibrio en el total de población), después de la pandemia ya se encuentra por debajo de dos en los últimos tres años.
Asimismo, la complejidad y volatilidad de los mercados financieros, producen factores de incertidumbre sobre el nivel de retorno esperado promedio de los fondos de pensiones, que deben de tener un mínimo retorno promedio para asegurar el nivel de crecimiento de las pensiones y su sostenimiento en gran parte de la población en su etapa de pensiones.
En un documento publicado por la OCDE, Pension Markets in Focus 2024, se abordan algunos de los fenómenos más relevantes del tema pensionario a nivel mundial.
Se destaca que el crecimiento de los activos de las pensiones futuras aumentaron en los países de la OCDE en el 2023 en 10%, alcanzando 63.1 billones de dólares estadounidenses. Este crecimiento superó las pérdidas de inversión del 2022 en la mayoría de las jurisdicciones, a excepción de Estados Unidos y algunos países europeos.
Pero pese a ese crecimiento los recursos administrados no recuperaron los niveles del 2021 en la región, como resultado de severas pérdidas que enfrentaron en el 2022 particularmente en los mercados financieros de mayor tamaño.
Hoy se espera que en el futuro, el aumento de los activos presente un crecimiento sostenido, pero frente a ello habría que preguntarse si factores inflacionarios en algunas economías y de inestabilidad geopolítica pueden comprometer ese crecimiento futuro.
A nivel internacional, continúa el cambio de sistemas pensionarios basados en planes de prestaciones definidas, a aquellos vinculados con planes de contribución definida, más acordes con el proceso de envejecimiento poblacional y con la evolución del rendimiento esperado de estos fondos.
La tendencia al largo plazo de crecimiento de los activos se mantiene, impulsada por factores como la evolución favorable de las inversiones, el aumento de las contribuciones y el crecimiento del empleo. Igualmente, el cambio en los tipos de planes de pensiones persiste, a pesar de las mejoras en la financiación de los planes de prestaciones definidas.
En este entorno, los países y las autoridades regulatorias en materia de pensiones deberán asegurar el monitoreo permanente de las tendencias de los mercados de inversión y su impacto en el financiamiento de los sistemas de pensiones.
De la misma manera, es imperativo que se promuevan políticas que promuevan una mayor participación en los planes de pensiones y que impulsen las contribuciones, especialmente en países como México donde la tasa de informalidad deja fuera de este beneficio a capas muy grandes la población.
También se requiere replantear el proceso de inversión con mayor diversificación, atendiendo la baja disponibilidad de vehículos y activos financieros para invertir en economías como la de México.
Debemos asegurar que sea viable evaluar continuamente los sistemas de pensiones para asegurar su sostenibilidad a largo plazo, adaptándose a los cambios demográficos y a las evoluciones de los mercados de inversión.
Hoy se espera que en el futuro, el aumento de los activos presente un crecimiento sostenido, pero frente a ello habría que preguntarse si factores inflacionarios en algunas economías y de inestabilidad geopolítica pueden comprometer ese crecimiento futuro.
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