Panamá. El IVM no es sostenible ni solidario

De la solución a los problemas del programa de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) depende en gran parte la estabilidad económica y social del país. ¿Cuáles son los problemas del IVM?

No es sostenible porque se basa en un modelo obsoleto y fracasado (beneficio definido o reparto) que consiste en pagar a los pensionados con el dinero de los trabajadores. El modelo fracasó, por el aumento en la expectativa de vida y disminución de los índices de fecundidad, lo cual hace que cada vez haya más pensionados en proporción a los trabajadores que los sostienen. Es una realidad irreversible, evidente e irrefutable.

Este modelo piramidal perjudica a las nuevas generaciones, pero comenzó a revertirse en Panamá con la reforma del 2005 al destinar parte del dinero aportado por los jóvenes a su propia cuenta individual. La reforma amortiguó el colapso inevitable con un menor impacto para el país. Esto lo demostraron matemáticamente los actuarios de la Junta Técnica Actuarial al calcular los escenarios de consolidación de los subsistemas.

No es solidario con las personas más necesitadas y vulnerables. Por el contrario, el sistema de beneficio definido entrega mayores subsidios a personas de ingresos más altos, con salarios ascendentes, estabilidad laboral, mayor expectativa de vida y a quienes a pesar de ingresar más tarde a la fuerza laboral logran una pensión del sistema.

El beneficio definido paga más de 15 mil pensiones superiores a $1,500, las cuales reciben un subsidio promedio de $135,000, porque lo aportado no alcanza para pagarlas. En total, más de $2,000 millones en subsidios a personas con altos ingresos que cobran por más tiempo las pensiones.

Estas pensiones son subsidiadas con aportes de miles de trabajadores, en su mayoría de bajos ingresos, con aportes de personas que nunca se pensionarán porque no alcanzarán las cuotas mínimas (mujeres, informales, trabajadores temporales, del comercio y de la construcción) y con recursos del Estado que deberían usarse para mejorar la educación, la salud y la calidad de vida de los más necesitados. Esto no es solidaridad.

No es equitativo porque mientras unos ganan otros pierden. Ganan quienes reciben pensiones subsidiadas porque reciben más de lo que aportan. Pierden los trabajadores que entregan su dinero a los pensionados con la ilusión de que los jóvenes luego los sostengan (25 trabajadores que ganan hoy $750 pagan un pensionado de $2,500).

Pierden quienes viven menos, en general personas de bajos ingresos, menor calidad de vida o deficiencias de salud, que cobran por corto tiempo la pensión y reciben menos de lo que aportan. Pierden los afiliados al subsistema mixto, porque en su cuenta de ahorro personal se deposita menos del 10% de su salario, a pesar de que aporta el 15%. Pierde el 50% de los afiliados que no reciben pensión porque no completan las cuotas mínimas exigidas.

No paga buenas pensiones. Según la Caja de Seguro Social (CSS), a diciembre de 2022, en el sistema de beneficio definido 310,328 pensionados reciben una pensión promedio de $527, pero los promedios engañan. El 56% aportaron 20 años o más y se pensionaron a la edad de jubilación normal(57 y 62) con un promedio de $672. El 24% se pensionaron anticipadamente y/o sin cumplir las cuotas mínimas con un promedio de $411 y un 20% son pensiones de invalidez sobrevivientes con promedio $257.

Pero faltan en estos promedios las personas que aportaron y que nunca lograron una pensión, es decir, cientos de miles de personas con un promedio de pensión de $0, potenciales beneficiarios del programa $120 a los 65. En el diálogo por la CSS se informó que más de 179 mil asegurados activos al sistema de beneficio definido nunca recibirían una pensión. Entre el 2016 y el 2020 más de 24 mil fueron indemnizados y su pensión es cero.

En la actualidad más de 57 mil pensionados continúan trabajando, 23 mil de ellos con más de 65 años, 9 mil en planilla en la CSS y 10 mil en el Ministerio de Educación. Prueba incuestionable de que se puede trabajar hasta edades superiores a las de jubilación actuales y que las pensiones no son buenas para retirarse.

Por supuesto, los acérrimos defensores del obsoleto sistema de beneficio definido no mencionan estas cifras en sus arengas, quizás porque se encuentran en ellas incluidos.

En el subsistema mixto las pensiones tampoco serán buenas, ya que con el diseño actual solamente se deposita menos del 10% del salario mensual a la cuenta de ahorro individual, a pesar de que se aporta el 15%.

Lo bueno es que hay esperanza para resolver estos problemas con prioridad y a pesar de su complejidad, existen soluciones para analizar a profundidad, con objetividad, de manera integral y sin presiones.

 

 

 

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