Colombia. Los 4 temas pensionales que aguardan por un ajuste, según Colfondos

Aunque todavía no hay señales claras sobre cuándo reinicie el debate del proyecto de reforma pensional, sobre el cual a finales del año pasado hubo amplia discusión e ilustración en algunos foros académicos organizados tanto por el Senado, como por los fondos privados de pensiones (AFP), las preocupaciones por los efectos que esta iniciativa podría tener en el largo plazo, de ser aprobada tal y como está planteada hasta el momento, siguen latentes.

Marcela Giraldo, presidente de Colfondos, advierte sobre esos riesgos, pero también habla de la necesidad de un ajuste al sistema actual de pensiones colombiano, lo cual implica simplificarlo y unificarlo en un modelo que sea sostenible; también que haya una articulación con buena política pública desde la perspectiva laboral, de tal forma que garantice que todos los colombianos estamos construyendo, en la medida de nuestras posibilidades, un ahorro para el futuro, entre otros aspectos clave.

¿Cree que hay ambiente para mejorar el proyecto de reforma pensional?

Estamos viendo un Congreso cada vez mejor informado, que tiene mayor claridad sobre los alcances de esta reforma, con mejores bases e ideas para llegar al debate y conversar sobre los temas de fondo que deberían hacer parte de esta gran discusión, y en ese sentido, llegar a un nuevo debate en marzo.

Mi expectativa es que cuando este se agende en el Legislativo se pueda conversar sobre esos puntos clave. El Ministro de Hacienda (Ricardo Bonilla) en su última presentación llamó la atención frente a las problemáticas del sistema y él, que es un gran conocedor del mismo, sabe bien cuáles son los ajustes de fondo que se requieren.

Entonces, ese conocimiento deberíamos ponerlo a trabajar en función de cómo logramos que se avance en esa dirección; entiendo la dificultad de modificar esos parámetros porque esos cambios tienden a ser impopulares, pero creo que tenemos el conocimiento técnico y cada vez una mayor conciencia en el Congreso de lo que eso implica para que el debate se ajuste y se propenda por una reforma que logre mayor sostenibilidad y fuentes de ahorro que permitan construir una reserva que asegure el pago de pensiones en el largo plazo.

¿Cuáles son esos puntos que deben ser atendidos con urgencia?

Como se sabe, el proyecto plantea un fondo de ahorro cuyos recursos se agotarían en el 2070, entonces, ¿cómo le vamos a decir a un joven hoy que para esa época ya no habrá dinero para pagarle su pensión? Eso sí, que contribuya para su jubilación, y que esperamos que más adelante haya alguien que haga una reforma paramétrica que resuelva ese gran problema. Creo que los mensajes de diagnóstico están muy claros, el tema no está tanto cómo bajar el umbral o subirlo; acá hay un tema de visión del sistema y en Colfondos no estamos de acuerdo con ningún umbral.

¿Qué no les gusta?

Consideramos, y esto sí es un tema más técnico y matemático, que cualquier sistema de reparto es insostenible en el largo plazo, y en ese sentido la reforma de pilares, cómo está planteada, obliga a todos los colombianos a entrar en un sistema de reparto forzoso que queda desfinanciado en 2070.

No quiero que llegue el día en que me digan que ya no hay plata para mi pensión. No es un mensaje que debamos darle a ningún colombiano que cotiza hoy para su jubilación. Tenemos una responsabilidad con los pensionados de hoy de encontrar fuentes de financiación para pagar sus pensiones y una responsabilidad con los pensionados del futuro de garantizarles que ese dinero apunta a construir una reserva para pagarles sus pensiones cuando llegue el momento.

Pero uno ve que en las discusiones las posiciones son muy distantes, no hay consenso en los temas claves…

Creo que más allá de eso las conversaciones son complejas porque estamos tocando un tema también bastante complicado, pero soy optimista desde la perspectiva de ver un Congreso mucho mejor informado. Por ejemplo, tenemos la ponencia muy bien argumentada de la senadora Lorena Ríos, en la que pide archivar el proyecto debido factores como la insostenibilidad del sistema y creo que esos ingredientes aportan a que se dé un debate nutrido, no debemos tener temor a seguir debatiendo las ideas y que el Congreso, como cuerpo colectivo y con esa responsabilidad tan importante que tiene, llegue a la mejor conclusión para el país y los colombianos. Mi expectativa es que se llegue a decantar la mejor versión de reforma posible, porque también he sostenido que hoy nuestro sistema pensional tampoco funciona bien.

¿En qué falla?

En Colfondos, cuando le digo que no estamos de acuerdo con ningún umbral, no estamos diciendo que el sistema actual es perfecto y no se debe modificar, no… el sistema actual requiere ajustes, pero la reforma como se plantea nos sugiere una involución a un esquema que ya habíamos operado con el desaparecido Seguro Social, en el que todos estábamos obligados a cotizar en un sistema de reparto. Soy optimista, de que cuando se agende el próximo debate, se vayan dando las conversaciones y en los artículos clave del modelo pensional, se tome el camino correcto de la sostenibilidad.

Pero, ¿cuáles son esos ajustes que se necesitan?

Lo primero es la competencia entre regímenes, con reglas de juego muy diferentes y creo que para los ciudadanos y para un trabajador colombiano eso es muy complejo de entender; para un ciudadano es una lotería tener que escoger en cuál de los sistemas aportar y cuáles reglas de juego le aplicarán al final cuando llegue el momento de su retiro.

La primera transformación es simplificar el sistema y la segunda unificarlo en un modelo que sea sostenible y no en uno que haga promesas que no se pueden cumplir en el largo plazo, como el modelo de pilares. Lo tercero es que nuestro sistema pensional tiene unas barreras de acceso complejas y creo que la razón por la que las empresas no entran a la formalidad es porque la carga de costos es muy elevada y una empresa tiene que garantizar cierto nivel de operación y operatividad para pagar la seguridad de sus empleados, luego se pueden definir esquemas progresivos para que las compañías puedan tener una formalidad.

Ahí se requiere una articulación con buena política pública desde la perspectiva laboral que garantice que todos los colombianos estamos construyendo, en la medida de nuestras posibilidades, un ahorro para el futuro y que con los impuestos se apoye más bien a esas personas que no logran ciertos niveles de ahorro para asegurar una vejez digna.

Y el cuarto punto…

El sistema pensional es responsabilidad de todos, entonces, las AFP y Colpensiones debemos asesorar bien a los afiliados sobre su situación para que tomen una decisión correcta y a tiempo.

Tiene que ver con el pilar solidario que se ha mencionado como un gran punto a favor de la reforma, pero me sorprende que no nos hayamos movilizado para implementarlo desde el 2022, más cuando el Gobierno tiene las herramientas para hacerlo si quiere hablar de un sistema integral de cobertura a la vejez.

Eso está al alcance de una reglamentación, no requiere de una ley para sacarlo adelante, además, porque por Constitución las ese pensiones no pueden ser menores a un salario mínimo y la prestación de ese pilar no es una pensión. El Gobierno tiene la responsabilidad de buscar los recursos para ese pilar desde el Presupuesto Nacional y tiene la capacidad de guiarlo en la medida de las posibilidades que le dé ese presupuesto.

¿Qué decirles a quienes se cambian de régimen buscando una mejor mesada?

Este es un dilema muy complejo de nuestro sistema pensional y es que el régimen de prima media de Colpensiones tiene inmerso en la ley una serie de beneficios que a través de los impuestos les genera un subsidio muy grande a las personas de salarios altos.

Acá tenemos un tema de educación financiera, porque hasta las personas de salarios altos piden un cambio de régimen, incluso, cuando ya ha vencido el tiempo límite de ley para hacerlo, pero lo logran por la vía judicial. El sistema pensional es responsabilidad de todos, entonces, las AFP y Colpensiones debemos asesorar bien a los afiliados sobre su situación para que tomen una decisión correcta y a tiempo sobre su futuro pensional.

Pero es que el trabajador no sabe cómo serán los últimos 10 años de su vida laboral y esa es una carga muy grande que le impone la ley, porque si se traslada de una AFP a Colpensiones y no llega a cumplir las 1.300 semanas requeridas, hizo el peor negocio de su vida porque allí quienes no logran esa condición reciben una indemnización sustitutiva que solo reconoce las cotizaciones ajustadas con la inflación.

 

 

Leer más @eltiempo