Hipoteca inversa en México

Por Alejandra Macías Sánchez

El mundo está viviendo una transición demográfica sin precedente. La proporción de adultos mayores de 65 años respecto al total de la población está aumentando por dos razones principales: el aumento en la esperanza de vida y la caída en el número de hijos promedio por mujer en edad fértil (fertilidad). Lo anterior tiene, entre sus consecuencias, retos importantes para el financiamiento de los bienes y servicios que los adultos mayores demandan como servicios de salud, de cuidados y acceso a una pensión.

El sistema de pensiones cuenta con cuatro pilares, tres contributivos y uno no contributivo, los cuales no están integrados. A pesar de que la pensión no contributiva PBAM tiene una cobertura universal, las pensiones son desiguales y no suficientes para aproximadamente 70-80% de la población mexicana (CIEP 2017).

Uno de muchos instrumentos de desacumulación de activos que existen en la literatura y que se han implementado en algunos países de Europa y Estados Unidos es la hipoteca inversa. Dicho instrumento intenta ofrecer liquidez a los adultos mayores para aumentar sus ingresos como complemento de una pensión, o en su caso, permitir que los adultos mayores salgan del mercado laboral a la edad de retiro.

El objetivo de este boletín es analizar el potencial de liquidez que proveería este instrumento, específicamente en la Ciudad de México y el Estado de México, ya que son las únicas dos entidades del país que reconocen a la hipoteca inversa en sus códigos fiscales.

Fuente @Ciep