El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este lunes que la presentación de su discutido proyecto de reforma de las pensiones, prevista para el próximo jueves, se retrasará al 10 de enero. Macron justificó el retraso “para poder discutir” más el proyecto con sindicatos y partidos políticos, según indicó en una intervención ante el Consejo Nacional de la Refundación.

Precisó que las elecciones presidenciales y legislativas de este año impidieron tratar el asunto en profundidad con los sindicatos y que los procesos de elección de nuevos liderazgos en varios partidos de la oposición en las últimas semanas han frenado la discusión a nivel político.

“Por eso, nos ha parecido pertinente retrasar varias semanas el anuncio de la finalización de la propuesta del Gobierno”, un período que permitirá discutir la iniciativa con los nuevos dirigentes de varias formaciones, señaló. El proyecto del Gobierno prevé retrasar la edad de jubilación de los actuales 62 años hasta los 65, con excepciones para las personas que comenzaron a trabajar antes de los 18 años, y con un aumento de la cuantía de las pensiones mínimas.

La totalidad de los sindicatos y la mayoría de los partidos políticos se oponen a esta medida, que el Gobierno justifica en la necesidad de evitar un déficit cada vez más grande del sistema de pensiones, que totalizaría 100.000 millones de euros en diez años, según los datos del Ejecutivo.

El Gobierno de Macron tiene una mayoría relativa en la Asamblea Nacional, por lo que necesita el apoyo de más partidos para sacar adelante el proyecto.

Hasta ahora, su principal apoyo parlamentario ha sido el conservador Los Republicanos (LR), que este domingo eligió al diputado Eric Ciotti, representante de su ala más derechista, como nuevo presidente.

Tanto la coalición de izquierda y ecologista Nupes como la ultraderecha de la Agrupación Nacional se oponen a aumentar la edad de la jubilación, por lo que el LR se presenta, a priori, como el potencial respaldo para esta polémica reforma.

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