OCDE Perspectiva del empleo 2021
Por OECD
La carga de la crisis de COVID-19 ha recaído de forma desproporcionada en grupos ya vulnerables
La conmoción inicial derivada de la crisis deCOVID-19 se dejó sentir en amplios sectores de la economía, ya que el miedo al contagio y las estrictas restricciones a la proximidad social frenaron duramente la actividad económica en los países de la OCDE. A medida que las personas y los gobiernos han aprendido a convivir con el virus, se han adaptado los comportamientos y las restricciones se han hecho menos estrictas y más enfocadas. Esto ha permitido a muchos volver al trabajo. Sin embargo, la naturaleza profundamente sectorial de la crisis y las diferencias en la protección que ofrecen los distintos tipos de empleos han hecho que algunos tengan que soportar la mayor parte de la carga en términos de pérdida de empleos y reducción del tiempo de trabajo. Las personas con ocupaciones poco remuneradas, a menudo con contratos de duración determinada, con bajo nivel educativo y los jóvenes se han visto especialmente afectados por los estragos de la crisis; las horas trabajadas por estos grupos han disminuido de forma desproporcionada y el desempleo ha representado gran parte del ajuste, mientras que otros grupos pudieron adaptarse mejor a través de reducciones de la jornada laboral y el teletrabajo. Las empresas también se están reestructurando de forma que aceleran las mega tendencias preexistentes, tales como la automatización y la digitalización. Todo esto tendrá implicaciones en la fuerza y el alcance de la recuperación.
El aumento en el desempleo a largo plazo es un riesgo tangible
Casi un año y medio después del inicio de la crisis, muchas personas aún no han recuperado el empleo de tiempo completo. A medida que se reducen los planes para conservar el empleo, los trabajadores que no han recuperado su horario normal se enfrentan a un riesgo creciente de entrar en el desempleo abierto. Al mismo tiempo, muchos de los que perdieron su empleo en las primeras etapas de la pandemia han estado sin trabajo desde entonces y pueden tener cada vez más dificultades para competir con aquellos cuyos puestos de trabajo han sido protegidos. En consecuencia, existe el riesgo de que se produzca una rápida acumulación de desempleo a largo plazo. De hecho, a finales de 2020 había un 60% más de personas sin empleo durante al menos seis meses y esta cifra ha seguido creciendo en el primer trimestre de 2021.
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