Ahorro de largo plazo y pensiones: inclusión para enfrentar la incertidumbre
Por Gustavo A. Del Ángel
En la crisis que se vive actualmente, derivada de la pandemia, muchos hogares han hecho uso de ahorros para solventar necesidades. Ante emergencias y afectaciones a las fuentes de ingresos, el ahorro previsional -de largo plazo- tiene una función importante. Un mecanismo para ese ahorro son los fondos de pensiones, aunque no es el único. En varios países, los trabajadores están usando el ahorro pensionario para cubrir las necesidades que les impone una situación crítica en el presente. El sistema de ahorro para el retiro es sin duda uno de los pocos mecanismos confiables y estables con los que cuentan los hogares para tener certidumbre económica.
Ante esta situación, un problema que muestran los hogares de América Latina es el bajo nivel de inclusión financiera y dentro de ello, el modesto acceso y uso que hay en servicios de ahorro de largo plazo. En esta nota discuto el problema de la inclusión financiera en pensiones en México, así como estudios recientes en economía que presentan estrategias e intervenciones para mejorar el ahorro de largo plazo de los hogares.
Los fondos de pensiones custodian una parte importante del ahorro de largo plazo de las personas. En América Latina, los fondos de pensiones privados han crecido en las últimas dos décadas y en varios países constituyen la fuente más importante del crecimiento del ahorro interno de las economías de la región. En México, los recursos del público manejados en las Afores (las administradoras de fondos pensionarios) han crecido como porcentaje del PIB, de 0.04% en marzo de 2001 a 20% a fines de 2019; en ese mismo período, los recursos en las Afores pasaron de constituir el 16%, al 60% del ahorro financiero de la economía. Ello con una tendencia de crecimiento sostenida y estable. Esto representa una acumulación importante de patrimonio por parte de los trabajadores.
Sin embargo, en la región en conjunto hay un rezago de la inclusión financiera de la población en servicios de pensiones. Un estudio reciente de Del Angel, Martínez, Morelos, Núñez, Resendiz (2020) muestra que, en México de acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF 2018), 39.5% de personas adultas reportaron estar registrados en una Afore, mientras que 55.6% no estar registradas y 4.8% no sabe si está registrado.
Ese estudio también muestra brechas entre grupos de la población. El porcentaje de personas que tiene Afore es mucho mayor para habitantes de las zonas urbanas (47.4%) en contraste con los habitantes de zonas rurales (24.8%). Por rango de edad, los mexicanos entre 30 y 39 años son quienes están registrados en una Afore en mayor proporción (52.7%). Según la posición en el hogar, el 50% de los jefes de hogar declaró estar registrado en una Afore comparado con 32.4% para los demás miembros. Por otra parte, la brecha entre hombres y mujeres es notable, ya que 3 de cada 10 mujeres poseen una cuenta de ahorro para el retiro, mientras que la mitad de los hombres poseen una cuenta de este tipo.
Fuente: Foco Económico
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