De los aproximadamente 24,5 billones de pesos (US$34.000mn) retirados hasta enero del sistema privado de fondos de pensiones en Chile en virtud de la legislación aprobada el año pasado, la mayor parte se encuentra en cuentas bancarias.

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La cifra equivale al 12,2% del PIB.

Los legisladores aprobaron en 2020 dos iniciativas que autorizaron a los cotizantes de los fondos previsionales a retirar 10% de sus ahorros, respectivamente, para poder sobrellevar el impacto económico de la crisis del COVID-19.

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Poco más del 60% de los fondos retirados corresponde a activos financieros, según datos del Banco Central.

La mayor parte (36,7%) de los retiros se mantiene depositado en cuentas corrientes y cuentas vista. Los mecanismos de ahorro tradicionales, como depósitos a plazo y fondos mutuos, representan un 16,7% adicional. El ahorro para pensiones da cuenta de un 3,7% y el ahorro hipotecario, un 1,8%. Por otra parte, el 3,3% se destinó a reducción o reprogramación de deuda morosa.

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Según una investigación de la banca, el 15,2% se utilizó para compra de bienes.

Una de las conclusiones fundamentales es que el equivalente a casi 7% del PIB corresponde a fondos de fácil acceso, dinero que podría impulsar el consumo en 2021.

El Banco Central prevé que, en general, más o menos la mitad de los fondos de pensiones retirados se gastarán, pero de forma gradual.

El banco espera que el consumo, gracias a los retiros de cuentas previsionales y al fortalecimiento de la economía, se recupere este año, tras experimentar una contracción en 2020.

No obstante, se prevé que el endurecimiento de las restricciones sanitarias en marzo en centros urbanos como Santiago tenga un impacto más contundente en los datos de crecimiento de este semestre.

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