México. ¿Qué debe incluir una reforma a los sistemas de pensiones de México?: Cinco aspectos clave

Durante las siguientes semanas es probable que se presente alguna propuesta para la inaplazable reforma a los sistemas de pensiones de México. El tiempo apremia y los costos aumentan día con día.

¿Por qué necesita el país modificar la situación actual? En nuestra opinión hay cinco problemas de los sistemas de pensiones que deben ser resueltos de manera diferenciada. Generalmente se les suele colocar bajo el mismo “paraguas”, pero son de distinta naturaleza e incidencia fiscal variada. Aspiramos a que la eventual reforma abarque los cinco aspectos.

* El primero es resolver el desorden imperante y parar los abusos. Existen en México cientos de subsistemas de pensiones, algunos con reglas laxas y permisivas: retiro a edades muy jóvenes, bajas o nulas contribuciones por parte de los beneficiarios, no se forman reservas financieras, incluso algunos subsistemas no incluyen cálculos financieros elementales.

Gran parte de estos sistemas están “quebrados” y no es claro quién tiene la responsabilidad de hacerles frente. Por ejemplo, en algunas universidades públicas o municipios, ¿a quién culpar si no se pueden pagar sus pensiones? Más aún, ¿quién es el responsable último?

Para resolver esta situación se necesita un marco jurídico que regule todos los sistemas de pensiones donde haya recursos públicos involucrados. Debe haber elementos básicos homogéneos como la edad de retiro, el nivel de contribuciones, el manejo de las reservas y el cálculo de los flujos que tienen que basarse en la dinámica demográfica y el mercado laboral del país.

* El segundo problema se refiere a las condiciones actuales del sistema de contribución definida (las Afores). No queremos desdeñar los beneficios que dicho arreglo ha traído como mayor transparencia, ahorro nacional, fondeo de proyectos de largo plazo. También pueden presumir unos rendimientos sobre activos muy considerables.

Pese a estos aspectos positivos, existen otros negativos que ponen en duda su viabilidad: apenas una cuarta parte de los trabajadores podrá completar las semanas de cotización necesarias para obtener una pensión, mientras que una proporción menor tendrá los montos mínimos para acceder a una anualidad. Aun cumpliendo con los requisitos, no deja de ser grave que las tasas de remplazo esperadas son, en promedio, 50% menores que las tasas del sistema anterior (beneficio definido).

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