Ideas para proteger las carteras de la desaceleración económica global

El mundo está en un claro proceso de ralentización, que todavía no se sabe si desembocará en recesión. Conviene prepararse por lo que pueda pasar. Gestores, analistas y directores de inversiones debaten sobre la mejor forma de proteger las carteras en este entorno en un desayuno organizado por Funds People y patrocinado por DNB Asset Management.

Mikko Ripatti, Senior Client Portfolio Manager para España y Portugal de DNB AM, explica que el fondo de tecnología de la gestora tiene un value approach. Eso quiere decir que no tienen en cartera valores como, por ejemplo, Amazon, que “es una empresa muy interesante, pero que desde el punto de vista del allocation no nos interesa”.

En su lugar apuestan por nombres de la tecnología menos glamurosos, como Lenovo, que fue el mayor contribuyente positivo el año pasado, o Ingenico, el mayor contribuyente este año.

Por subsectores, considera que, por ejemplo, el del software está bastante caro; la inteligencia artificial (IA) le parece un segmento atractivo, pero considera que hay que tener un poco de paciencia; y, en cambio, ve oportunidades claras en el negocio del juego online, en empresas como, por ejemplo, Nintendo, aunque advierte que “también hay que ser selectivo porque hay compañías bastante caras”.

No se trata, según explica, de que estén esperando una recesión inmediata, “pero sí creo que eventualmente el mercado va a tener una corrección”. Y ante lo que pueda ocurrir “pensamos que las empresas que tenemos en cartera son bastante resistentes, aunque como cualquier compañía o sector no son inmunes a las dinámicas del mercado”. La incertidumbre es grande, y no parece que se vaya a disipar en el corto plazo.

Entre otras cosas porque es imposible saber cuándo va a venir una recesión. Esto es lo que opina Íñigo Colomo, director de Inversiones de March AM, que explica que no se entra en recesión por el tiempo que se lleva sin entrar en ella. Y pone un ejemplo, el de Australia, que lleva más de 20 años sin sufrir una (definida como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo). “La conclusión es que es imposible saber cuándo va a haber una recesión. Sí que es verdad que cuando más se prolonga el ciclo, más vulnerable se vuelve a los errores: fallos de valoración, de burbuja, de política monetaria”.

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