Siete de cada diez personas están preocupadas por la pensión pública que percibirán, pero los españoles ahorramos para el retiro cuando queda poco tiempo para alcanzar esa etapa

Con la jubilación hacemos como en el colegio, que uno lo dejaba todo para el último día. Empezamos a ahorrar para el retiro cuando nos quedan apenas 10 años para alcanzar esa etapa y ya no hay margen para acumular lo suficiente para mantener nuestro actual nivel de vida. Lo cual es contradictorio al hecho de que siete de cada diez personas dicen estar preocupadas por la pensión pública que percibirán, según una encuesta del Observatorio del Ahorro y la Inversión 2018, elaborada por la gestora independiente Bestinver y la escuela de negocios IESE.

Y es que el dinero que recibiremos del Estado durante la jubilación será cada vez menor. Las cuentas no salen con una población envejecida como la española, donde la baja tasa de natalidad y la mayor longevidad dibujan para 2050 un panorama poco halagüeño: habrá tan solo un cotizante por pensionista, según un informe del Consejo General de Economistas (CGE). En la actualidad, la ratio es de 2,2 frente a 4 que había en la década de los 60.

Este escenario de insuficiencia de las pensiones públicas es conocido por ocho de cada diez inversores, sin embargo, no hacen nada por cambiar la situación. Por un lado, ahorramos poco. En concreto, el 5% frente a la media del 12% de los países del euro, según Eurostat; por otro, invertimos mal ese ahorro.

La mayor parte se destina a vivienda y depósitos bancarios, producto que actualmente no ofrece rentabilidad alguna. Así, en el segundo trimestre del año, el 40% de las inversiones financieras se concentraba en activos conservadores (depósitos, cuenta corriente y deuda), mientras que activos que ofrecen mayor rentabilidad, como lo son las acciones y los fondos de inversión, acaparan la mitad, según la estadística de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).

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