México. El efecto Tetris, o por qué los millennials sí podemos ser más ricos que nuestros padres

Un día, cuando estaba en la universidad, un amigo llegó a clase muy triste porque chocó el auto que le prestaba su papá para ir a la escuela. Pero eso no era lo peor. Además de regañarlo, su papá le recordó que a su edad, él ya tenía trabajo, casa, coche y familia, en contraste con su hijo quien lo único que tenía eran 10 pesos para tomar el camión desde el taller de hojalatería donde dejó el auto machacado.

Mi amigo estaba deprimido, mucho más por la desventajosa comparación con su padre que por el accidente.

Este tipo de comparaciones no es nueva. Incluso puede verse repetidamente en la sección de comentarios de algunos artículos en Internet. Que los millennials son flojos, que están consentidos, que los ninis lo que necesitan es ponerse a trabajar.

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