Chile. Pensiones: hablar con la verdad

Durante los últimos dos años la discusión sobre el sistema de pensiones ha sido álgida y vociferante, y ha estado llena de mitos, verdades a medias y tergiversaciones.

Si queremos avanzar en esta materia es necesario hablar con la verdad, reconocer hechos irrefutables y dejar de lado las posiciones puramente doctrinarias. Sólo si estamos dispuestos a tener una conversación seria durante la próxima campaña electoral lograremos solucionar este importante problema.

Pensiones no “dignas”

Lo primero que hay que aceptar es que para una cantidad enorme de chilenos las pensiones son extraordinariamente bajas. Curiosamente, este hecho tan simple y fácil de verificar es algunas veces negado por los defensores acérrimos del sistema. La verdad es esta: al menos un 30% de los jubilados recibe pensiones que pueden ser calificadas como “indignas”.Pero también es necesario reconocer que la razón principal de estas bajas pensiones es la enorme cantidad de “lagunas” contributivas en la historia pensional de estos ciudadanos. La verdad es esta: una persona que haya contribuido regularmente durante 35 años -período implícitamente considerado como “normal” por los arquitectos del sistema- obtiene hoy en día una pensión equivalente a casi el 60% de su salario promedio en los últimos 10 años. Esta es una tasa de reemplazo más elevada que la obtenida por trabajadores con un perfil similar en muchos de los países de la Ocde. Como expresé en una columna anterior, en mi caso personal, después de haber contribuido durante 40 años al sistema de Seguridad Social de los Estados Unidos, obtendré una pensión de tan sólo 28% de mi salario. Si hubiera trabajado en Chile y hecho las mismas contribuciones, mi pensión sería el doble.Lo anterior nos lleva a otra verdad irrefutable: un elemento central de cualquier reforma es implementar inmediatamente, y sin excepciones de ningún tipo, la obligatoriedad de hacer contribuciones pensionales por parte de todos los trabajadores chilenos. Este punto ya fue planteado hace 10 años por la Comisión Marcel. Sin embargo, nuestros políticos decidieron hacer vista gorda, y hasta el día de hoy no han sido capaces de implementar un sistema contributivo obligatorio, como el que tienen todos los países avanzados en el mundo. Desde luego, estoy consciente de que esto es enormemente controversial, y que más de alguien reaccionará en forma airada. Pero mi objetivo no es caerle bien a todo el mundo; mi objetivo es hablar con la verdad.

Fuente: Foco Económico

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